No es el cuerpo, es la mente lo que se retuerce del deseo y a pesar de meses de terapias físicas y metafísicas me doy cuenta de que sigo adicta a esas tres rayas blancas... de su sudadera negra de Adidas. Y por mucho que me insistan que es la luna creciente lo que hay en el cielo de noche, para mí siempre será la sonrisa de Cheshire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario