jueves, 9 de junio de 2011

El silencio no existe

    Acuéstate y escucha las palabras que jamás pronunciaré. El silencio no existe. Las pestañas rozando las cuerdas de la guitarra emiten la melodía más bella que tus dedos puedan imaginar. A pesar de que la clave de Sol resultó ser incorrecta sigues con tu “Solo” en Re Mayor, ante un pentagrama vacío que nadie puede rellenar, improvisando. En la intimidad los sonidos resultan diferentes. Solo escucha a aquella persona que no tiene nada que decirte. El humo del tabaco humedece los ojos. Otra calada. Esperas una frase que  podría cambiar tu pequeño gran mundo, tu aparente Cielo de día o tu abrasador Infierno de noche.  Diálogo anhelado que jamás será. Su ser se esfuma ante la evidente incompatibilidad. Otros labios mirándote, te dirán con los ojos lo que necesitas sentir.

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